Historias de la semana: la maldición de los tiempos interesantes
“Ojalá te toque vivir tiempos interesantes”, reza la vieja
maldición (dicen que china). Tiempos interesantes, desafiantes, de
incertidumbre los que atraviesa Latinoamérica, sus economías y algunas de sus
democracias.
En este contexto, y en contraste con el proteccionismo
anglosajón de ambos lados del Atlántico, el BID llama a un mercado
latinoamericano totalmente integrado, a un tratado de libre comercio
complementado por la modernización logística y aduanera. Y, por qué no, a la
innovación tecnológica: blockchain
encuentra su espacio en la optimización de la cadena de suministro.
No es la del BID la única propuesta económica para
Latinoamérica que pudimos leer esta semana. Desde McKinsey, ante
el débil crecimiento de la productividad en la región, se sugieren varias
líneas de acción, entre ellas la necesaria apuesta por la digitalización y la
mejora de las capacidades a través de la educación y la capacitación permanente.
El mismo informe de McKinsey indica que casi la mitad de los
empleadores citan la falta de skills
adecuados como el principal motivo para no poder cubrir su demanda de empleo. La
misma cifra que reporta el World Economic Forum basándose en datos de
Manpower. Muy preocupante.
Afortunadamente, algún brote verde en materia de políticas
públicas podemos celebrar. Si
la semana pasada era Argentina la que aprobaba su nueva Ley de Emprendedores,
en esta le ha tocado el turno a Chile. Siguiendo prácticas
adoptadas en Francia o Canadá, entre otros, la nueva VISA
Tech chilena será entregada a trabajadores extranjeros que lleguen al país
para desarrollar servicios ligados a la tecnología. Buena noticia.
Como buena noticia (excelente, en realidad) sería que
Latinoamérica adoptara políticas de compra pública de innovación. El Gobierno
de Aragón acaba de crear un Comité
de Fomento de la Compra Pública de Innovación. Y lo hace porque considera
la contratación pública “un instrumento al servicio de las políticas públicas,
de entre las que cabe destacar las de tipo social, medioambiental, o de fomento
de la innovación empresarial”. Sí, la
clave para aumentar la paupérrima innovación privada latinoamericana podría ser la compra pública.
Innovación no falta en el sector del automóvil. Esta semana,
Tesla (30.000 empleados, 7.000 millones de dólares de facturación en 2016)
superó en capitalización bursátil a Ford (200.000 empleados, 150.000 millones
de dólares de facturación en 2016). Se mire como se mire – empleados,
facturación, beneficios, vehículos vendidos – Ford es un gigante al lado de
Tesla. Pero Tesla, desde la semana pasada, vale más. Es fácil explicarlo, tan
fácil que solo hace falta una palabra: disrupción.
Cuando las barbas de tu vecino veas pelar… Por si acaso, Daimler
y Bosch se han asociado para el desarrollo conjunto de vehículos totalmente autónomos,
que estarán disponibles “al inicio de la próxima década”. O sea, en menos de
cinco años. O sea, pasado mañana.
Y, faltaría más, no puedo cerrar el repaso semanal sin la
mención a mis amigos los robots: mucho antes de que los automóviles autónomos
de Daimler estén en las calles, habrán iniciado el asalto a otro de los nichos
de empleo humano. Este, probablemente, insospechado. Pero sí, es la realidad: desde
este verano, los habitantes de Hamburgo verán por sus calles robots…
¡repartiendo pizza!
Sin duda, nos está tocando vivir tiempos interesantes.
[Atribución de la imagen de cabecera]
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