Llegó "La Deseada", la Agenda Digital de Chile


El pasado 27 de noviembre, la Presidenta Bachelet presentaba en el Palacio de la Moneda la Agenda Digital 2020, casi dos años después de tomar posesión. Una hoja de ruta integrada por 60 medidas que tiene por objetivo convertir Chile en un país plenamente digital.

Se trata de una Agenda enunciativa, liviana de contenido, que debe ser aterrizada en planes de acción específicos para concretar el quién, el cuándo y el cuánto. Tiempo habrá entonces para evaluarla sobre una base más sólida. De momento, el simple hecho de que haya sido presentada es una muy buena noticia, más allá de los defectos que pueda tener.

Sin embargo, a mí me parece que hay dos aspectos mucho más relevantes que el contenido en sí mismo.

Yo llegué a Chile a principios de 2012, hace menos de cuatro años. Y ésta es la tercera Agenda Digital vigente en este período. La tercera en cuatro años. La tercera en menos de cuatro años.

Obviamente, una política de medio y largo plazo como la del desarrollo digital no es viable con esta situación. Es imprescindible que esta Agenda, con las modificaciones que sea necesario ir incorporando, se mantenga como la hoja de ruta hasta 2020. Corresponde - creo - al sector privado, y no solo al tecnológico (es un error muy generalizado pensar que el desarrollo digital compete solo al sector tecnológico), ejercer de garante de continuidad de la Agenda Digital cuando, en 2018, Chile tenga una nueva Jefatura de Estado.

Y, en segundo lugar, llega la cuestión del liderazgo. En ausencia de una institucionalidad al efecto, se ha creado un comité de siete ministerios que tiene por misión "asesorar" a la Presidencia en materia de desarrollo digital y "fijar las orientaciones, programas y acciones necesarias para su implementación".

No parece el anterior el mejor mecanismo para dar tracción a una política marcadamente transversal. O surge un liderazgo efectivo (y empleo el verbo surgir a propósito) o la Agenda corre un alto riesgo de convertirse en una colección de proyectos verticales liderados por cada agencia de gobierno.

En fin, es comprensible el escepticismo que ha generado la presentación de la Agenda Digital 2020. Pero, de momento, yo prefiero quedarme con el entusiasmo por disponer, al fin, de la tan deseada hoja de ruta...

[Publicado originalmente en Linkedin el 8 de diciembre de 2015]